Aunque considerado uno de los grandes virtuosos del piano a nivel mundial, Raúl Di Blasio aseguró que no se cansa de estudiar, pues desea superarse a sí mismo y trascender.
"Me falta estudiar más, porque si dejo de tocar un día, yo me doy cuenta, pero si dejo de tocar tres días, el público se da cuenta, por eso no dejo de estudiar", aseguró.
Al pianista se le considera un referente en la música, pero él dice que "quizá lo sea para los jóvenes estudiantes de piano, pero más que ser un referente lo que quiero es trascender, que mi música llegue a la gente joven, que exista respeto del público porque le guste lo que hago y del crítico porque sabe de lo que se trata", expresó.
Di Blasio se encuentra en México para ofrecer conciertos en el país, dos de ellos, los días 17 y 19 de junio en el Centro Cultural Teatro 1.
En conferencia de prensa, en la que deleitó con algunos números de su repertorio, habló acerca de varios acontecimientos que le han sucedido en más de 30 años de trayectoria artística.
Con la advertencia de que sus palabras molestarían a más de una persona, el llamado "Piano de América" expuso que las disqueras siempre han estado regidas por el paternalismo y el autoritarismo.
La música instrumental no tiene fronteras, ni límites, agradece ser hoy en día un artista independiente que utiliza las redes sociales como su mejor herramienta de promoción, pues gracias a ellas puede llegar al público a nivel internacional.
"La globalización cambió la manera de concebir el disco, y lo que antes era crítico para la industria de la música, luego se transformó en algo favorable".
Informó que para su siguiente álbum invitará a varios cantantes, pero no adelantará nombres, aunque le gustaría trabajar de nuevo con Juan Gabriel y con Marco Antonio Solís.
Luego de que hace tres años sufrió un infarto, destacó que ahora se siente radiante. Sin embargo, la experiencia le hizo comprender que la vida es efímera, que cuando se mira arriba es para darse cuenta de que hay un Dios y que todo está escrito.
"Cuando tienes la posibilidad de volver de una crisis, como a mí me sucedió, piensas en la probabilidad de que nunca más puedas sentarse frente a un piano, que nunca más puedas sentir éxtasis en el amor, que no puedas correr ni practicar ejercicio, y que no puedas viajar por el mundo. Es terrorífico".
"Antes yo no hablaba así. Mencionar a Dios, más allá de lo que creyera, era muy superficial, pero hoy no es así, Él existe, es presencia. Yo lo pude vivir. Lo pasé muy feo, pero ahora soy un hombre agradecido", concluyó el pianista.
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